En los últimos meses hemos visto con frecuencia que grandes compañías o startups han reducido sus equipos. Recesión o no, uno de los dilemas más difíciles a los que se enfrentan las organizaciones en Chile —especialmente el área de RRRH— es decidir si despedir o reubicar al talento al interior de la compañía. Esta elección plantea desafíos éticos, económicos y de gestión que requieren una cuidadosa reflexión.
Por un lado, el despido puede parecer la solución más rápida y sencilla ante situaciones de bajo rendimiento o reestructuraciones internas. No obstante, esta opción conlleva una serie de consecuencias tanto para los trabajadores como para la empresa en su conjunto. Despedir a un empleado implica una pérdida de conocimientos y experiencia, así como el impacto emocional en la persona desvinculada. Además, puede generar una imagen negativa para la empresa y afectar la moral de los empleados restantes.
Por otro lado, la reubicación interna ofrece una alternativa más humana y estratégica. En lugar de despedir, se busca identificar las habilidades y competencias de los empleados y encontrar nuevas oportunidades dentro de la organización. Esta opción permite aprovechar el talento existente, impulsar la motivación de los trabajadores y mejorar la retención de talento a largo plazo. Asimismo, al invertir en el desarrollo y capacitación del personal, la empresa fomenta un ambiente de aprendizaje y crecimiento que puede tener un impacto positivo en la productividad y la cultura organizacional.
Sin embargo, la reubicación interna también presenta desafíos. Es necesario evaluar cuidadosamente las necesidades de la empresa, las capacidades de los empleados y las oportunidades disponibles. ¿Cómo evaluar? Hoy la tecnología es fundamental e imprescindible para que una organización tome decisiones. Ya no basta con reportes escritos, papeles que no siempre se leen.
La estrategia del negocio, la estructura organizacional de la compañía, sumada a la expertise actual y futura de las personas que componen la organización confluyen inevitablemente en el calce y descalce de una organización y es un “must” que debe implementar toda compañía. Este descalce afecta al 40% de la fuerza laboral mundial, que equivale a más de 1.300 millones de personas. Sumando Brasil, México, Perú, Argentina y Chile el descalce afecta a 82,8 millones de personas en América Latina. Así de importante es.
El descalce y el uso de herramientas tecnológicas nos permitirá entender bien qué es lo más conveniente entre despedir o reubicar a un colaborador. En muchos casos, se da que una persona podría estar realizando otras funciones al interior de la misma sin necesidad de despedir.
En conclusión, la decisión de despedir o reubicar el talento al interior de una empresa en Chile es un tema complejo que requiere un enfoque estratégico y humano. Si bien el despido puede parecer la opción más fácil a corto plazo, la reubicación interna ofrece la posibilidad de retener y potenciar el talento existente, generando beneficios tanto para los empleados como para la organización en su conjunto. Al adoptar una mentalidad de desarrollo y promover una cultura de aprendizaje, las empresas pueden enfrentar los desafíos actuales y futuros con mayor resiliencia y éxito.